martes, diciembre 19, 2006
La pulsera, el cordón.
Las luces que se reflejan en el espejo, y algo de brillo en los ojos.
Las hojas, el suelo, los adoquines, y los patos fritos que caen.
La muerte, el fuego, el diablo, y la cola puntiaguda que me pincha el poto.
La culpa, el placer, y los miedos me tocan la puerta.
Las mentiras, el odio, y la venganza se apoderan de las manos.
Se caen las flores rosadas porque me apestan, y se tiñen los dedos de sangre ajena.
El calor rojo, y las uñas rotas de tanto forcejeo.
El grito acortado, el silencio obligado por el ímpetu ajeno.
El cajón, los clavos, y la tierra húmeda y abierta.
Piedras, ramas secas.
Un golpe fuerte.
Las piedras caen, las ramas secas rellenan.
La última flor siútica desteñida sobre el lugar.
Ni una lágrima.
Nadie tiene pena.
El plato ya se enfrió, por eso ya no me lo como.
Un sueño de ·llvr· ::
10:48:00 p. m. ::
5 Han soñado:
Desquitese acá
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