viernes, febrero 23, 2007

Aguantar el dolor no es valentía



Abrazo la oscuridad, bajo la paz constante de la vida, bajo la paz constante de la muerte. No se mueven ni palpitan, no buscan ni se encuentran. Entonces me doy cuenta, luego de caminar dos pasos por la calle, que la agonía puede matar, que la agonía puede abrazar la vida. ¿La vida oscura? La agonía se vuelve el punto de inflexión de lo incierto y lo anacrónico. La agonía es la expectativa previa de algo que conozco o puedo conocer.

Bajo aquel estado, recuerdo las aceras, las putas de la calle, la traición, el gusano que pudre la manzana, las cárceles hacinadas y los múltiples suicidios. El hombre perverso, el hombre enfrascado. Así, nadie encuentra al otro.

Mas, los vertederos se llenan, los mataderos se llenan, los manicomios se llenan, los hospitales se llenan, las cementerios se llenan y las tumbas se ponen de moda. Todos envejecen mal, porque se han negado ver que todo está vacío, y que nada se ha llenado. ¿Qué no es culpa mía? Se me pide que abstenga mi opinión ante ellos, porque hay muchos que le tienen miedo a su miedo.

Siento que me presionan, en las colas de los bancos, cuando voy al supermercado, en la salida del cine. Presionan mi espalda, pisan mis talones, me impacientan con su furia. Están en todos lados, con esas almas violentamente felices. Lo más probable es que estén asustados, asustado de esta enfermedad que invade las razas.

Un sueño de ·llvr· :: 10:52:00 a. m. :: 5 Han soñado:

Desquitese acá

---------------------------------------

jueves, febrero 15, 2007

No Cuento Nada

Podría contar la felicidad que podría estar viviendo. Podría vociferar de las grandes oportunidades que podría estar teniendo. Podría reventar las estrellas con el pecho si pudiera; podría gritar lo que quisiera, para que todos oyeran lo que podría estarme pasando. Pero no.

Me voy bajo la positiva de guardar silencio sobre muchas cosas, de no querer pronunciar palabra, y de callar antes de alardear. Y todo por la simple razón de no soportar el cachetoneo gratuito, ni los discursos que embellecen la perseguida apariencia.

Me guardo bajo un silencio aleatorio: hablo con voz alta, pero lo justo y necesario. Miro desde lejos a la gente reír y gritar, miro desde mi propio ajeno esas caretas y maquillajes que se van destiñendo. Y me callo más, pues así me resguardo del miedo que infunde el quedarse desnuda… despojando esa mentira que los viste.

Siento el frío que entra por mi ventana y pienso que todo lo que escribo, podría contar más de lo que yo quiera hablar. Y podría segir sumándo, pero la vida es tan propia que, incluso, me cuesta compartirla con muchos.


(Todo lo que oigo, ya no me cabe en la cabeza. Punto final.)

Un sueño de ·llvr· :: 10:08:00 p. m. :: 3 Han soñado:

Desquitese acá

---------------------------------------